Es decirlo, escribirlo, y sonreír. Y verla con una camisa vaquera, unas zapatillas blancas y un sombrero descubriendo L.A. O un poco antes, bajo el sauce llorón de Calasancias, con un chicho a un lado y zapatos... ¿Gorila? (Privata, corrige Érica en Facebook), riéndose fuerte, como si toda una clase lo hiciese a la vez.
He tenido la suerte de celebrar las Letras en La Voz con Érica Esmorís y otra escritora a la que quiero, Dores Tembrás. Sus libros, uno de Érica y tres de Dores, viven conmigo, son parte del caos sideral de tiempos verbales que es mi casa. El pasado no pasado es un presente continuo. Y un presente es un regalo.
Un verano Érica creó a Amabel, una heroína con un sentido pleno de la infancia, pero eso ya no es noticia. En todo caso, entrevista en YES. Y esa entrevista, publicada el sábado, se gestó hace algún tiempo. ¿Nueve meses? Es posible, pues fue el pasado junio cuando tropecé con Érica en unas escaleras después de un largo paseo de años sin vernos. Ella bajaba, yo subía, le conté: ya ves, aquí con mi hija. Ella dijo algo como: Yo sin hijos, pero ya ves, escribo la historia de una niña con un poder especial. Como no soy tan veloz como la madre de Amabel, tardé en reaccionar. Aaaah! Qué intriga.
Con esta superheroína casera nació el sello Sushi Books |
Gracias al poder especial de Amabel, entrevisté a Érica Esmorís dos veces, y una tercera, y una cuarta ¡por WhatsApp! Hablamos de muchas cosas, las llevo en mi cabeza algo alteradas, porque una vez la grabación se borró (mis dedos guardan silencio) y mi memoria tiene por costumbre pasar de la literalidad. Érica me contó que no tiene miedo a nada, que dice lo que piensa, que ama los animales, el verano y el movimiento, que sabe desenvolverse en las crisis. Antes escribía para hacer terapia, ahora no. Sale con un músico de raíz. Tiene un gato, una perra, dos proyectos, una furgoneta que ha convertido en hogar. De pequeña soñaba con ser normal, quizá sin saber que eso supondría perder su poder especial.
Menos mal que no todos los sueños se hacen
realidad.
Te seguimos, Érica Esmorís
(http://www.ericaesmoris.com/)
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